Francisco Jordà Poquet
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Francisco Jordà Poquet | |
Datos básicos | |
Nombre | Francisco Jordà Poquet |
Nacimiento | c. 1905 [+] Vinebre |
Fallecimiento | 14 de julio de 1939 Tarragona |
Edad | 34 años |
Vecino de | Reus |
Ocupación | Paleta |
Política | |
Partido | Sin datos [+] |
Sindicato | CNT-AIT |
Represión | |
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Familia | |
Padre | Domingo Jordà Vila |
Madre | Josefa Poquet Ferré |
Hermano(s) | Blai, Domingo, Josefa |
Cónyuge | Pilar Vaquero |
Francisco Jordà Poquet, represaliado por el franquismo, fusilado en Cataluña.[1][2]
Contenido |
[editar] Biografía
Francisco nació en Vinebre, provincia de Tarragona. Tenía 34 años cuando fue fusilado.[3]
[editar] Memoria
Puede que haya información adicional sobre esta persona en las distintas bases de datos de víctimas del franquismo.
Puede | a esta persona. |
[editar] Véase también
- Memoria Histórica en la provincia de Tarragona
- Represión franquista
- Lista de personas fusiladas por el franquismo
[editar] Referencias
- ↑ LLEI 11/2017, del 4 de juliol, de reparació jurídica de les víctimes del franquisme. Llista de procediments judicials militars que afecten a 66.590 persones físiques i 15 jurídiques. Arxiu Nacional de Catalunya.
- ↑ Procediments Judicials Militars (Sumaríssims). Arxiu Nacional de Catalunya.
- ↑ Llista de reparació jurídica de víctimes del franquisme (1938-1978). Dades obertes de Catalunya. Transparencia Catalunya.
[editar] Enlaces externos
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Genealogía | Mapa |
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Un día, Pilar Vaquero recibe una carta de un amigo de Reus internado en un campo, de Bram o Argelès. La carta dice que Cisco fue hecho prisionero y condenado a muerte. Luego recibe una tarjeta de Cisco, de la prisión de Tarragona. Éste es el único mensaje que los presos pueden enviar a sus familias. Es una de esas cartas que llegan a los exiliados gracias a Cruz Roja. Un sello rojo tacha la dirección, CENSURA MILITAR.
Viva España, saludo a Franco año de victoria Hermano, cuñada y primos, les deseo salud, el mío está bien hasta entonces Año de Gloria. Blas esta tarjeta es para decirte que cambiaron mi prisión. Ahora estoy en el convento que se llama Puncha, que es mejor que el antiguo. Supongo que habrás recibido las dos postales, y que podrás enviarme lo que te pedí. El lunes de 10 a 12 horas puedes bajar a recoger un paquete de ropa sucia si me enviaste lo que te pedí. Cuando me contestes me dirás lo que se dice por aquí como como deben quedar los terrenos y las parcelas. Sin más por hoy os mando un fuerte abrazo y besos a los niños de mi parte. Tarragona 1-5-39 Francisco Jordá
Pilar decide regresar a España para encontrar a Cisco, para intentar salvarlo. Le acompañan su madre, su hermano y una hermana menor. Sus dos hermanas Rosa y Teresa decidieron quedarse en Lubersac. Cuando Pilar llega a Reus, Cisco ya ha sido fusilado. Luego regresa a su pueblo de Callús. Quizás porque allí no era conocida como activista, sobrevivirá sin repercusiones policiales. Mucho después, hacia 1943. Vicenta, la mujer de Blaí Poquet Ferré, tía de Cisco, entrega una carta a Pilar Vaquero. No sabemos cómo salió esta carta de la prisión de Tarragona. Quizás gracias a un prisionero liberado, o quizás lo metieron en el colchón de Cisco. Este colchón de lana se lo trajo Vicenta, para los que ya no duermen en el suelo, como era la suerte de los presos en las cárceles de Franco. Y Vicenta vino a recoger este colchón después de la ejecución de Cisco, ¿encontró la carta dentro mientras lo limpiaba? Esta carta parece dictada o copiada, escrita con una letra distinta a la de Cisco. Por momentos Cisco se dirige a Pilar, por momentos habla de ella en tercera persona del singular. Pero la voz de Cisco nos habla de su guerra, de su captura por los moros de Franco, de sus últimas palabras como prisionero. Antes de eso, no había querido hablar de su condena para no preocupar a la familia. Esta carta está aquí:
Mujer inolvidable y amada: te escribo esta carta, mi último deseo. Pilar, te deseo buena vida, felicidad. Que no sufras la larga y pesada tragedia que a mí me tocó soportar. Pilar, seguro que en Reus te señalan con el dedo. Dirán: es la mujer de Jordà, al que fusilaron en Tarragona. Pero siempre se puede responder que sí, que sí le dispararon, pero no por robo, no por delito. Puedes decirles que lo asesinaron por sus ideas libertarias. Y nadie puede decir lo contrario, porque todo Reus lo sabe. Pilar, yo también te debo un poco de mi historia. Fui hecho prisionero el 30 de octubre de 1938, en la sierra de Cavalls, por los moros, más precisamente la 2.ª Compañía del 520.º Batallón, de la 190.ª Brigada, 43.ª División. Los moros nos desnudaron. Incluso se llevaron ropa interior de algunos soldados, jerseys de lana o pantalones de cuero. Me dejaron con camisa y pantalón caqui. Esto es lo que ha sucedido desde esta detención del 30 de octubre de 1938. Por la noche descendimos de la sierra de Cavalls a Gandesa. Al día siguiente estábamos en Horta de Sant Joan donde pasamos la noche en un granero al lado de la carretera. Salimos de allí a media mañana hacia Valderrobles, donde volvemos a pasar la noche. Al día siguiente salimos a pie dirección Cretas, para coger el tren hasta Alcañiz. Allí cogimos conexión con Zaragoza. Llegamos allí de noche. Y nos trasladaron en camiones a un pueblo que se llama San Juan, a una fábrica de papel transformada en campo de concentración. Pasamos dos noches allí. Luego salimos por la noche hacia Val-Ladolid. Fueron tres noches en el tren con un frío intenso, un frío que nunca antes había experimentado. Llegamos a Valladolid por la mañana. Por la tarde nos llevaron a Medina de Rioseco, en la provincia de Valladolid, al campo de concentración del Canal. Pasamos dos meses en este campamento. Ahí, Pilar, pasé mucho frío. Pensemos en la ropa que llevaba entonces, pantalones y camisa color caqui, sandalias sin calcetines, en un país donde llovía casi todos los días. Y cuando no llovía, todo se helaba. Tuvimos que formar formación en el patio con un frío de diez o doce grados bajo cero. Dormimos en el suelo sin manta. No pensé que podría resistirlo, no estaba acostumbrada a un frío tan terrible. Algunos murieron, de frío o de enfermedad, no lo sé. Pero creo que fue un poco de ambas cosas. Estaba cubierto de manchas infectadas, incluso pensé que toda mi sangre estaba envenenada. El 6 de enero nos trasladaron al campamento de Villagadio, en la misma localidad de Medina de Rioseco. La comida era buena pero había poca. El tiempo iba pasando. Una noche, el líder del campamento me llamó. Le pregunté qué estaba pasando. Me dijo: Debes presentarte ante el oficial de guardia del campo. Me presenté allí. El sargento me preguntó qué había hecho en noviembre de 1938. Le dije que entonces estaba prisionero en Canal Camp. Se quedó sin palabras al darse cuenta de que se había equivocado. Entonces me dijo que debía haber sido el año anterior. Le dije que no hice nada. El insistió. Pero la verdad es que no le había hecho nada a nadie. Eso seguí diciendo, le dije que no sabía de qué estaba hablando. Entonces el hombre se enojó, amenazó con pegarme, pero no lo hizo. Llamó a un guardia para que me metiera en la celda. En el calabozo estaba mejor que en cualquier otro lugar del campamento porque entonces ya no podía mantenerme en pie, estaba muy débil. Allí comí mejor. Los cocineros que traían la comida eran prisioneros del Norte, hombres de ideas libres. Siempre llenaron mi plato. Estuve un mes y medio allí, hasta que me trasladaron a Cataluña. El 17 de abril de 1939 recibí dos cartas de mi hermano Blaí y de mi cuñada, y dos de mi esposa que se encontraba en Francia. En uno, una foto suya, en el otro, 25 pesetas de Franco. Unos días antes había recibido 50 pesetas de mi hermano Blaí y mi cuñada Vicenta. Entonces pude comprarme dos boxers y un pantalón, porque estaba casi desnuda. Entonces salimos de Villagadio el 18 de abril de 1939. Éramos cincuenta hombres, nos dijeron que nos dejarían libres. Pasamos la noche del día 18 en la cárcel temporal de la antigua estación del tranvía de Valladolid. El día 19 salimos hacia Zaragoza. Doce horas en tren. Pasamos la noche en una furgoneta del tren correo. Al día siguiente a las cinco nos bajábamos cuatro en la estación de Reus. Tres quedaron libres. A mí, en cuanto a mí, me tuvieron que llevar a Tarragona, ante el Consejo de Guerra. Primero, pasamos por el Estado Mayor. Buscaron en un expediente donde yo no estaba. Luego me llevaron ante el juez militar. Los guardias entraron a la oficina y se quedaron un rato. Luego cuando se fueron me dijeron muchacho, tendrás que pasar la noche en la cárcel, porque el juez no está. Así que entré en la prisión de Pilatos el 20 de abril de 1939 a las seis y media de la tarde. Allí me encontré con unos amigos de Reus, me preguntaron de dónde venía. Les expliqué. Pasaron ocho días y luego me trasladaron a la prisión de Puncha. Durante cinco o seis días el juez me interrogó. El único cargo en mi contra fue el de activista sindical. El 25 de mayo fueron juzgados 36 acusados. Entre ellos había tres mujeres. Las apariciones se hicieron en tres rondas, yo formé parte de la última. Entramos en la sala donde se estaba constituyendo el tribunal. Luego del estado civil del imputado, el Fiscal General lee los cargos. Me condena a la pena de muerte. Nuevamente me trasladan a la prisión de Pilatos. Al enterarse de esta noticia, mi hermano y mi cuñada se pusieron manos a la obra para suspender la sentencia. Llegó el 25 de junio y no recibí sentencia. Mi hermano y mi cuñada me escriben cada vez para decirme que confían en que se suspenderá mi pena de muerte. Porque no tengo las manos manchadas de sangre. Lo que se me olvidó decirte es que el abogado defensor solicitó para mí la pena mínima del artículo 442 del Código Militar, no sé qué pena es. Pilar, en las últimas horas de mi vida, como no puedo besarte, besaré tu retrato, lo llevaré para que me acompañe hasta la tumba. Pilar, te pido el favor de ofrecer mi cámara a nuestro sobrino Domingo Jordà Alegret. Por lo demás, puedes hacer lo que quieras. Hermano Blaí, cuñada Vicenta, estoy muy contenta de las gestiones que habéis dado para que me retiren la condena. No puedo continuar con esta carta porque estoy triste y lloro por toda mi familia. Abrazos y besos de mi parte para mi esposa, madre, hermanos, cuñadas y sobrinos. Y te deseo muchos años de vida y felicidad.
Francisco Jordà Poquet
Francisco fue juzgado el 25 de mayo de 1939 por el Tribunal Militar de Tarragona. El horror fascista encaja dentro de las líneas de la acusación. Pesado telón de odio y oscurantismo que asfixiará a España.
Escuchadas las acusaciones y en consecuencia que contra los poderes legítimos del Estado, asumidos por el ejército desde el 17 de julio de 1936, en aplicación de su función constitutiva, se desarrolló un levantamiento armado y una tenaz resistencia, cometiéndose en esta ocasión todo tipo de violencia y fechorías, actos en los que participó el imputado de la siguiente manera: Francisco Jordà Poquet, 34 años, natural de Vinebre y residente en Reus (Tarragona), hijo de Domingo y Josefa, soltero, albañil, mala conducta, miembro de la FAI y propagandista, ya estuvo detenido durante la dictadura por sus actividades políticas. Pertenece a la Sociedad Anarquista “Centro Enciclopédico”. Durante el período rojo formó parte del Comité de Empresa de la Sección de Albañiles y Tâcherons, donde habló para difamar a los patrones y exigir la requisa de todas las cuentas corrientes, herramientas, equipos que pertenecen a los trabajadores porque son ellos quienes usan. a ellos. Lo vemos continuamente en las instalaciones de la FAI y en compañía de directivos. Aunque no sea miembro del Comité Revolucionario, a través de sus ideas anarquistas y su influencia incita a las fechorías y asesinatos conocidos como si hubiera sido miembro de este Comité. Le oímos decir que era necesario establecer en España una República como la de Rusia. Hechos demostrados: Considerando que los hechos denunciados y que el Consejo declara demostrados constituyen un delito de rebelión militar (...), Considerando que el Consejo, en uso de la facultad que le otorgan los artículos 172 y 173 del Código de Justicia Militar, considera justo imponer la pena máxima al acusado, Considerando que toda persona penalmente responsable de un delito es también civilmente responsable, Considerando que sólo pueden juzgarse los hechos definidos por la Ley como constitutivos de delitos, Vistos los artículos citados y las disposiciones adicionales de aplicación general, Declaramos que debemos condenar a la pena de muerte al acusado Francisco Jordà Poquet (...)
El acto acusa a Francisco de ser cabecilla de la FAI, que pasó en prisión durante la dictadura de Primo de Rivera. Pero Francisco no había estado en prisión antes de la guerra. Libertario sí pero no miembro de la Federación Anarquista Ibérica. Del acta podemos adivinar cuántas denuncias extorsionadas denunciaban sus actividades como miembro de la CNT y del comité de empresa de la Sección de Albañiles y Tâcherons. Alba recuerda especialmente a Francisco en el Centro Confederal, actuando en obras de teatro creadas por los trabajadores. Este Centro fue un lugar de discusión, lectura, conferencias, teatro y música. La sociedad debería cambiar en las fábricas pero también a través de los libros, la creación, la música.
Vicenta Jordà Alegret, sobrina de Cisco, acudió al Centro Penitenciario de Tarragona en enero de 2003. Le dieron poca información. El secretario le entregó un certificado de prisión, visado por el director de la prisión. El documento redactado en impreso bilingüe castellano y catalán indica que Francisco fue internado en este centro el 20 de abril de 1939 a disposición de la jurisdicción militar nº 2 de Reus, régimen de emergencia nº 1112, no teniendo ningún delito registrado. El 14 de julio de 1939, y en virtud de Orden de Fuero Militar nº 1 de Tarragona, el preso fue entregado a la fuerza pública para la ejecución de la pena definitiva.
Hasta el día de hoy no sabemos dónde fue enterrado Francisco, al igual que cientos de miles.