Usuario:West
Llevo mucho tiempo pensando en cómo habría sido conocer a mi abuelo materno, la causa 2405/2011 GUAD, que me fue arrebatado
No aspiro siquiera ni a que me leáis o a que me respondáis con un “gracias”
Las gracias os las he de dar yo.
Gracias a vuestro esfuerzo y al de muchísimos otros españoles, las víctimas de la Memoria Histórica están consiguiendo ser dignificadas.
Mi abuelo nació en Tendilla, un pueblecito de Guadalajara. Se casó con mi abuela, Emilia Aybar, y tuvieron tres hijos: Nieves (mi tía mayor), Antonio (mi tio mediado) y Angelines o Julia (mi mamá)
Mi mamá jamás ha querido hablar de su padre. No sé si por vergüenza o miedo.
Personalmente, es un orgullo descender de él.
Pero resulta que, entre mis ancestros anteriores y yo hay un abismo, un paréntesis. Nadie hablaba de él. Era como tabú.
Mi mamá hace dos años y medio que murió, se fue y se llevó con ella el paréntesis que era su padre.
Sé que en la misma tumba que mi vuelo hay otra persona, otro señor, porque mi abuela siempre me lo decía.
¡¡¡Cuánto me hubiera gustado conocerle y que me enseñara la vida!!! Pero fue imposible
Recuerdo su foto, vestido con su uniforme de militar, encima de la máquina de coser Singer que había en la habitación de mi abuela Emilia. Al lado, estaba la foto de mi tía Nieves, guapísima, que, por desgracia, fue atropellada a los 26 años por un tranvía.
Mi abuela únicamente me contaba que él era religioso y que todo por lo que le habían juzgado era mentira. ¿qué más da el motivo? Estaba sentenciado por sus ideas o ideales políticos
Únicamente conservo una copia de su sentencia de muerte. Nada más. Bueno, y su recuerdo, como si lo hubiera visto ayer.
La memoria histórica no reabre heridas entre las dos Españas, sino que ayuda a que algunas abiertas se vayan cerrando
Sé dónde está enterrado, junto con mi abuela Emilia, en el cementerio de Guadalajara. Y sé dónde he de ir a llorar su pérdida
Aunque, supongo que por comodidad, prefiero acordarme de él, de ella, desde mi casa, en Barcelona
Mi abuelo, la causa 2405/2011 GUAD, descansará en paz, al lado de su amada mujer, cuando alguien me cuente su historia, esa que durante tantísimos años mi madre no quiso comentar.
Así que, sólo me queda daros las gracias por vuestra labor. Para que, algún día, por fin, todos podamos ir a llorar a nuestros muertos.
Me gustaría, si fuera posible, si tuvierais más datos suyos, que me los facilitarais
En mi corazón, por siempre, D. José Domingo Ruiz Doncel