Salario abusivo
La iniciativa contra los salarios abusivos consiste en limitar los “salarios abusivos” de algunos dirigentes empresariales (ejecutivo), a través de mayor poder de los accionistas de las empresas que cotizan en la bolsa[1].
[editar] Thomas Minder
En Suiza, la iniciativa ha sido llevada a cabo por Thomas Minder. Todo comenzó en el otoño de 2001, cuando los problemas económicos impidieron despegar a los aviones de la otrora aerolínea nacional, Swissair. En quiebra, la empresa, orgullo suizo, fue incapaz de pagar las facturas a sus proveedores. Con ella se hundieron en una profunda crisis muchas otras firmas, incluyendo su empresa Trybol AG (pasta de dientes y otros productos de higiene bucal).
De Swissair nació Swiss. Trybol no se hundió. Sin embargo, Thomas Minder, sufrió grandes pérdidas a causa de la debacle, lo que alimentó su ira contra los responsables de la quiebra de la empresa aérea, y en especial contra su último presidente, Mario Corti. En funciones durante apenas unos meses, éste último se hizo pagar por adelantado el equivalente al salario de cinco años.
Los casos de honorarios exorbitantes se encadenan: salarios duplicados para los directivos de los ferrocarriles nacionales (CFF) - que provocan la aparición de la palabra “aprovechados” en boca de políticos socialistas - paracaídas dorado para los directivos de ABB, Percy Barnevik y Göran Lindahl, a pesar de su rendimiento poco convincente: el tema se mantiene en la prensa.
Thomas Minder lanza entonces la idea de someter los sueldos de los directivos a las asambleas generales de las empresas concernidas. Pese a una recepción más que fría de la clase política, este corredor y ornitólogo apasionado presenta el texto de la iniciativa popular en octubre de 2006. Dada la indignación popular, no requiere mucho tiempo para recoger las 100.000 firmas necesarias.
Las cámaras federales se toman su tiempo. La derecha quiere a toda costa evitar ese texto que considera hostil a la economía. Luego de años de piruetas, un contraproyecto indirecto es finalmente incluido en la agenda de votaciones.
Durante todos estos años, Thomas Minder nunca ha dejado de luchar, solo contra todos. Tras el sismo en el UBS, no dudó en calificar a los líderes del primer banco suizo como los “fracasados del siglo”.
A fuerza de intervenciones contra el letargo político, los salarios escandalosos y la avaricia de algunos patronos, Thomas Minder se convirtió en la encarnación de la indignación popular. Lo que explica también que, solo, sin ser miembro de ninguno partido, hubiera sido electo holgadamente en las elecciones federales de 2011, en detrimento de un político con experiencia.
Desde su llegada al Consejo de los Estados, Thomas Minder polariza. “Dice lo que piensa”, comentan con frecuencia sus colegas.
El caricaturista suizo Patrick Chappatte ilustra el éxito en las urnas de la iniciativa popular para frenar los excesos en las remuneraciones de los ejecutivos, a través de mayor poder de los accionistas de las empresas que cotizan en la bolsa suiza. [...]
El nuevo artículo constitucional aprobado por los suizos prevé el fortalecimiento de los accionistas. Los expertos no son unánimes sobre su eficacia para lograr la desaparición permanente de los sueldos exorbitantes.