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¡YA ESTAMOS AQUÍ! Rekuperar espacios es una forma de pensar y actuar. Rekuperar espacios es no estar de acuerdo con el sistema establecido, denunciar el abuso de poder y plantear alternativas. Rekuperar espacios es decir no al capitalismo que discrimina al que no se somete a él. Es no querer vivir para trabajar ni trabajar para vivir, no querer hipotecar toda una vida para decir que esto es mío. Rekuperar espacios es decir no a las autoridades, decir no a las jerarquías, decir vales por lo que eres y no por lo que tienes. Rekuperar espacios es plantar cara a los que creen que está todo controlado. Tras de más de un mes empezando a conocernos y comenzando a desarrollar nuestra forma de trabajar, hemos establecido este lugar como Paraguas. No ha sido una decisión fácil dada la amplia oferta de inmuebles vacíos consecuencia de esta maquinaria del capital en la que esperan que permanezcamos pasivxs. Tras varios años desokupado, por fin tiene una utilidad realmente pública, abierta, y gestionada por y para el pueblo. Hagamos de este espacio una herramienta con la que organizarnos autónomamente para articular diferentes medios de lucha con un objetivo común: construir las bases de una sociedad libre y horizontal, basada en el respeto y la humildad, la autocrítica, y el sentido común. Pero sobre todo, no nos conformemos con la apertura de puertas del Paraguas. Hemos alcanzado una meta, la de asentarnos para poder empezar a dar cabida a todas esas iniciativas que nos hacen ilusionarnos con un mundo nuevo. Esto es un paso más hacia la auténtica revolución que va a acabar derribando el sistema hasta que finalmente caiga, y a partir de ahí y sólo entonces, nuestro sueño será realidad. Habremos conseguido establecer una nueva forma de organización que realmente nos represente, consecuencia de la esencia asamblearia de este movimiento. Que ninguna idea se quede sin trabajar, hablemos, debatamos, reflexionemos, y entonces: actuemos. Es el momento de salir a la calle y luchar, cada uno como crea y considere oportuno, pero sin flojear. Y entonces será cuando el verdadero apoyo surja. Estamos hartxs de que una y cada una de las acciones que realizamos sea filtrada por el grado de tensión que se haya percibido. Invertimos demasiado tiempo en preocuparnos de cómo estamos siendo etiquetados: si pacíficos o violentos. No debe ser este el debate. No queremos que se juzgue la ejecución de la acción sino la acción ejecutada. Por eso, lo que aquí estamos haciendo es mucho más que rekuperar un espacio, es concienciarnos de que somos capaces de defender actos que están marcados socialmente como incívicos pero que no son sino todo lo contrario: hacer social un espacio incívicamente abandonado. No es sino un ejemplo de todo aquello que hemos aceptado sin plantearnos si está bien o mal, si es legítimo o no. ¿Qué es lo que está bien? ¿Qué es lo que está mal? Que sirva para cuestionarnos todo aquello en lo que fuimos y seguimos siendo educados. Recordemos que la mejor forma de adoctrinar es el modo en que nos educan, ellos, los que no quieren que pensemos. Porque si sus armas son NUESTRAS mentes, utilicémoslas para hacerles frente. Ya estamos aquí. El momento es ahora. Ha llegado. Tenemos que transformar nuestra indignación en la más poderosa arma. Aquella que ningún sistema puede contener. La que nos haga salir a la calle a demostrar que sí, que se puede conseguir; hacer que el pueblo se levante a una contra aquello que le oprime. Lucha por lo que es tuyo, consíguelo y compártelo. Con sensatez, respetando al que respeta, colaborando con quien colabora y rechazando todo lo demás... esto no lo va a parar nadie. Desde aquí, desde nuestro Paraguas vamos a llegar hasta donde deseemos. Acabamos de abrir una puerta, la de la libertad. Sólo nosotros ponemos los límites.