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M.R. [Domingo, 22 de mayo de 2011] [08.00]

Desde la noche del viernes, miembros del movimiento han tomado La Plazuela, en Arrecife, como espacio para acampar, difundir sus ideas, recabar opiniones y celebrar asambleas abiertas en las que la nota común es el cabreo con el sistema político y las quejas por la falta de representatividad entre el elenco de partidos.

Este sábado, parte del debate se centró en cómo organizarse una vez que pase la ola de protestas a escala internacional que se inició hace una semana, y que en la Isla arrancó con una manifestación desde la sede del Cabildo y al parque Islas Canarias.

La iniciativa en Lanzarote ha ido ganando adeptos con el paso de los días. Para el próximo viernes ya hay planificada una asamblea y se han creado comisiones dentro del grupo --desde informática a comunicación- para apuntalar su funcionamiento.

Uno de los objetivos que se plantearon el sábado en la asamblea es el de fiscalizar la labor de las instituciones públicas, "estar encima de ellos, como ciudadanos y no como partido político, preguntar por qué se ha firmado esta factura o por qué se ha contratado a esta empresa".

En los últimos días, los ciudadanos que han querido han podido aportar propuestas. Micrófono en mano o por escrito. Entre otras que se han recogido, hay quien exige "que los alcaldes y concejales no se autodefinan los sueldos", que éstos se ajusten al número de habitantes, eliminar los coches oficiales o que los partidos se financien "exclusivamente" con las cuotas de sus afiliados.

También se ha sugerido que no se incluya en listas electorales a "imputados en casos de corrupción". Hay quien considera que cualquier cargo público "sospechoso" de corrupción o de tráfico de influencias "debe abandonar o no poder ejercer" su puesto en la administración pública.

En el seno del movimiento 15-M en Lanzarote se ha planteado limitar a dos los mandatos que una misma persona puede ejercer de presidente de Gobierno, sea central o autonómico, y elecciones cada dos años "para tener un control más cercano de nuestros representantes".

La regulación del sistema bancario ha sido otro de los temas recurrentes que han salido a la palestra: desde evitar que "abusen de los deudores" a que se cambie la legislación sobre las hipotecas.

Los sindicatos no se escapan de las críticas, y así se han planteado que existen "demasiados sindicatos" que representan principalmente a los empleados del sector público pero no "a los parados ni a los pensionistas". "Las subvenciones a los sindicatos", dicen, "aumentan el parasitismo al poder político".